Situada en un paisaje dominado por la horizontalidad del campo y la ausencia de intervenciones cercanas, el lugar se refuerza con la calma del Río de la Plata como prolongación del plano de apoyo. Nada contradice este marco, donde unos pocos elementasen forma de placas opacas y planos transparentes se colocan, de manera silenciosa y mínima, en sintonía con el silencio y la plenitud del entorno. Un sencillo programa la conforma: un lugar para recibir huéspedes y un espacio que pueda servir de taller o sala de juegos, completando parte de las necesidades de una vasta extensión de campo.