La encomienda significó generar una necesaria identidad arquitectónica en el conjunto de las obras mediante el diseño de un sistema de partes, creando un paisaje institucional que pueda responder al momento y al sitio, actualizar la abandonada identidad del subte atendiendo a las nuevas necesidades y costumbres del usuario, redimensionar y orientar los espacios publicitarios y comerciales, privilegiando los mensajes de comunicación y señalética institucional, y jerarquizar mediante restauraciones puntuales el patrimonio cultural histórico de las obras de arte murarias existentes. Una renovada fachada interior de la ciudad recuperando un servicio público a prestigiar.
Valoraciones del Jurado:
se valoró la recuperación del espacio público ligado a los servicios de transporte, exaltándose haber logrado una síntesis entre todos los elementos componentes respondiendo a los requerimientos que este tipo de gestión impone.