se valoró en esta obra dedicada a homenajear la memoria de Juan y Eva Perón, su propuesta de relaciones muy interesantes entre usuario y edificio, entre arquitectura y paisaje. Por un lado, plantea un memorial que recurre a la memoria como experiencia con el espacio y el tiempo y con su arquitectura, y no a la mera relación entre edificio como objeto y un usuario pasivo: recurre a la experiencia de la memoria y no a un edificio como simple recordatorio, potenciada por sus recorridos arquitectónicos y paisajísticos. Su estética minimalista y abstracta evita caer en figuraciones e iconografías directas y alusiones sencillas del memorial. El edificio se plantea todos estos problemas sin renunciar a la calidad paisajística y arquitectónica.