Confirmando el premio que obtuviera en un concurso nacional, este proyecto resuelve con sencillez la compleja circunstancia de un terreno que desde los orígenes separó dos sectores de ciudad. Tal como proponen los autores, el proyecto permitirá la configuración de un extenso sector barrial y es una oportunidad para impulsar la tendencia positiva de desarrollo.

Se propone reconstruir bordes que años de decadencia funcional habían degradado en extremo, confirma y continúa la trama existente, afirma la manzana como pieza urbana identitaria, transforma el vacío ferroviario en un positivo espacio parque que, por su escala, servirá a amplios sectores de la ciudad.
Establece una parcelaria que amplía la participación a empresas medianas y acepta la diversidad formal en la edilicia, típica de nuestra ciudad.

La propuesta resuelve satisfactoriamente el enlace con la trama vial existente y convive aceptablemente con la traza ferroviaria, aportando soluciones para la situación actual y, también, para los posibles cambios que puedan producirse.
Plantea etapas lógicas para el desarrollo del conjunto.