La intervención para transformar este petit palais particular en un sitio de uso público se propuso mantener la condición preeminente y jerárquica del gran hall central y su relación con todas las áreas públicas originales y, al mismo tiempo, generar un nuevo espacio de múltiple altura que permite la percepción visual de todos los niveles y, por consiguiente, del Museo como una totalidad. Este espacio se orienta en forma perpendicular al eje principal del edificio, y se plantea como un ámbito de neutralidad en contraste con la materialidad del hall central. La caja muraria original y su aventanamiento son percibidos a través de una lámina tensada de PVC translúcido que se transforma en una piel que varía según la incidencia de la luz diurna o la iluminación artificial. La cara opuesta, interfase con los espacios originales, se resolvió mediante un plano continuo de vidrio con una membrana microperforada impresa con una foto pixelada, con una escala que la vuelve abstracta, del mismo hall central que se percibe detrás con cierta ambigua transparencia.