Chenaut tiene gran identidad dentro del tejido de Buenos Aires. Es un bulevar y a la vez un cul de sac que termina en la cancha de polo. Su forma y sus árboles, y no la arquitectura, determinan su identidad. El proyecto se emplaza en una esquina de gran tamaño. La torre aprovecha las mejores visuales, y se propone como un objeto compuesto por dos piezas: un edificio de altura y profundidad iguales al vecino se presenta como una placa que cierra la manzana tapando la última medianera, y permitiendo el acople de la torre, que se implanta paralela al bulevar, enfrentándolo. La fachada sobre Chenaut es curva y muy transparente, ofreciendo a los espacios de estar largas vistas.